La eutanasia como derecho

Este jueves 3 de Agosto se realizó un panel que tuvo como objetivo central iniciar el debate en la Cámara de Diputados sobre el proyecto de ley para garantizar el acceso a la muerte voluntaria médicamente asistida.

El proyecto de ley presentado por la diputada Mara Brawer (Frente de Todos) fue elaborado con el aporte riguroso de investigadoras e investigadores del CONICET que integran la Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el Final de la Vida, quienes vienen trabajan la temática desde diversas disciplinas científicas.

Estuvieron presentes en el debate la Dra. Graciela Jacob y el Dr. Mario Pecheny integrantes de la Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el Final de la Vida de CONICET, los médicos Dr. Mario Sebastiani, el Dr. Carlos Alberto Soriano y la jurista Dra. Aída Kemelmajer. Cerró la actividad la antropóloga Adriana Stagnaro quien vive con la enfermedad de ELA.

“Sabemos que es un tema complejo, que existen tabúes, pero es necesario que la Argentina avance en la consagración del derecho sobre la interrupción de la vida cuando el sufrimiento es irreversible” aseguró Brawer al inicio del evento.

Abrió la mesa de expertos el el Dr. Mario Pecheny, Vicepresidente de Asuntos Científicos del CONICET, representante del área de Humanidades y Ciencias Sociales en el Directorio del Consejo e impulsor y miembro de la Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el final de la vida. “El derecho a la eutanasia se enmarca en el derecho a tener derechos en un momento que nos va a afectar a todos que es el final de la vida o también el que atraviesan algunas personas que es un dolor físico irreversible o un sufrimiento subjetivamente insoportable”.

El médico Carlos “Pecas” Soriano contó que “un paciente soñaba que comía, que caminaba, pero se despertaba en un cuerpo que no respondía y de donde solo podía mover las pestañas, ¿que clase de vida es esa? Necesitamos dar este debate”. Y agregó, “este derecho del que hablamos hoy no hiere a otras personas, tiene que ser debatido y legislado lo antes posible”.

Por su parte el médico Mario Sebastiani detalló que “el sufrimiento del otro es un valor intrínseco de la persona. Estamos pidiéndole a la legislatura que le quite las esposas al derecho a dejarnos decidir cómo morir”. Y finalizó invitando a dar la discusión en los ámbitos familiares: “el deber que tenemos esta noche es irnos debatiendo, con el médico y con nuestras familias, y generar las directivas médicas anticipadas”.

En su intervención, la Dra. Graciela Jacob, coordinadora científica de la Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el Final de la Vida del CONICET aseguró que “cuando hablamos de eutanasia estamos hablando de autonomía, libertad y de los derechos individuales que tenemos que militar. Existen familiares que piden eutanasia, pero la eutanasia no puede ser pedida por la familia, este derecho es personalísimo”.

En ese sentido, la autora del proyecto Mara Brawer fue categórica: “la eutanasia o el suicidio médicamente asistido debe ser siempre el producto de un proceso de cuidado y acompañamiento, en el que el equipo de salud se asegura del carácter genuino e informado de las decisiones que toma la persona que lo pide”. La parlamentaria también invitó a las y los presentes a construir una gran red a nivel nacional por el derecho a la eutanasia.

La prestigiosa jurista Aida Kemelmajer abrió su exposición asegurando que “si logramos avanzar con esta legislación estaremos dando un paso definitivo en la secularización del derecho. La vida incluye también la muerte y es tiempo de poder decidir sobre ese momento”.

Elisa «Kuky» Lisnofsky es psicóloga social y militante del espacio “Eutanasia, Derechos y Final de la Vida” en la provincia de Entre Ríos. Por su parte, “Kuky” celebró el encuentro y agregó que “ninguna ampliación de derechos nos fue regalada, si que nace de la lucha colectiva”.

La jornada concluyó con las palabras de la antropóloga Adriana Stagnaro “estoy muy emocionada y muy contenta por la cantidad de personas que estamos acá presentes. Y por sentir que lo que en principio pensaba que era un encapsulamiento y la soledad total, y hasta incluso la ilegalidad ante la respuesta de médicos y gente de la salud, ahora es un clamor. Y que puedo hablar libremente de muerte, de vida y de eutanasia”.