Buenos Aires enfrenta el desafío de regresar a la normalidad tras la tormenta más intensa de la última década, que azotó la ciudad en la madrugada del pasado domingo. A pesar de que han transcurrido varios días, persisten problemas como calles y avenidas bloqueadas debido a la caída de cientos de árboles, así como cortes de energía.
La comunidad científica ha confirmado que el fenómeno meteorológico fue un «derecho», un sistema de tormentas organizadas que se extendió a lo largo de cientos de kilómetros, caracterizado por ráfagas violentas que pueden incluir tornados. Desde el Aeroparque se informó de una ráfaga medida a 143 km/h, la más alta registrada en el Área Metropolitana de Buenos Aires hasta el momento, indicando una severidad excepcional en la zona circundante.
Durante la tormenta, las redes sociales se inundaron de informes sobre un fenómeno inusual: rayos de color rojo. Este impresionante espectáculo luminoso fue identificado como «sprites», eventos luminosos transitorios que ocurren en la mesósfera y están asociados a tormentas eléctricas poderosas. Los sprites, también conocidos como «espectros o duendes rojos», se producen casi al mismo tiempo que el rayo que los desencadena, revelando la intensidad de la tormenta que afectó a Buenos Aires.
Los sprites, descritos como misteriosos y coloridos fenómenos naturales, se forman cuando un rayo provoca un cambio abrupto en el campo eléctrico, desencadenando un destello secundario en la mesósfera. Estos destellos de corta duración, aproximadamente 20 milisegundos, son difíciles de capturar visualmente debido a su rapidez, pero su estructura vertical y color rojo característico fueron percibidos por numerosas personas en Buenos Aires durante la madrugada del domingo.