Una de las grandes preocupaciones es la grieta en la Argentina, porque aleja a las soluciones de la gente.
La precandidata a diputada por el Partido Autonomista Nacional dialogó con Radio Legislativa y aseguró que “Argentina necesita un cambio en sus prácticas políticas, si quienes estamos en política seguimos manteniendo las mismas formas solo vamos a recrear el círculo vicioso en el que estamos y profundizaremos la grieta. En este momento es crucial priorizar la capacidad humana de aprender desde la adversidad y modificar nuestros comportamientos.”
Manifestó su convicción de que es importante que la ciudadanía brinde su apoyo a nuevas expresiones políticas para que “puedan balancear y jugar como contrapesos a toda lógica hegemónica y así limitar el poder del abuso y ampliar los márgenes de acción para responder a las necesidades de la gente y no de los dirigentes.”
En este sentido resaltó que “el PAN es un partido viejo pero nuevo a la vez, y es un interesante espacio en el que confluyen tanto generaciones jóvenes como de más edad”.
Afirmó además que le entusiasma acompañar al Dr. Awad en esta precandidatura porque su trayectoria “es un claro ejemplo de resiliencia, mérito, humildad y dedicación a la gente.”
En este contexto de pandemia “es increíble que la ideología sea el criterio que defina una política pública central como lo es la compra de vacunas. Esto es un ejemplo de las prácticas políticas que debemos cambiar radicalmente: la prioridad de una Nación es su gente” argumenta.
El desafío político del momento es poder encontrarnos en el desacuerdo, teniendo como prioridad la construcción de consenso sobre la base de la República y el apego a la Constitución que nos brinda la autonomía necesaria para construir políticamente para la gente.
Paula Monteserin nació el 23 de febrero del 1976 en Viedma, provincia de Río Negro.
Hace 27 años que vive en CABA. Al igual que muchos jóvenes del interior llegó a la Ciudad de Bs As a estudiar “la primera vez que como estudiante entré a un bar, las únicas dos opciones que tenía para pedir era agua o té, no tomaba gaseosa, no tomaba café, ni fumaba, era casi un extraterrestre en la Ciudad” cuenta. Aun así, la Ciudad la cautivó y decidió formar su familia y quedarse.
No fueron pocos los desafíos que tuvo que enfrentar en la vida, a los 30 años su marido falleció.
Quedo viuda con su hija de 2 años y medio. Así tuvo que dejar la maestría que estaba cursando para salir a delante. Hoy en día retomó y está terminando el Master de Relaciones Internacionales en UCEMA.
Su pasión por la política tiene diferentes facetas. Desde su militancia adolescente, desarrolló su curiosidad por el fenómeno del poder de transformación de la política, y se decidió a estudiar Ciencia política. Hoy en día es docente en la UBA. “Cuando me convocaron para dar clase me sentí honrada de poder devolverle a la Universidad un poco de lo mucho que me dio”, cuenta.
“Por mucho años estuve del otro lado de la política asesorando, como consultora. Es la primera vez que soy candidata” -afirma con orgullo-.