La diputada remarcó que la iniciativa reduce a la mitad el peso de los intereses de la deuda y, como contracara, duplica la inversión pública, clave para dinamizar la demanda y traccionar el crecimiento de la economía. Destacó la solución que alcanzó el gobierno en la negociación por la deuda externa con acreedores. Y recordó a Néstor Kirchner y su mensaje de no recurrir al ajuste para el pago de la deuda. “Nos enseñó que ‘no se puede volver a pagar deuda a costa del hambre y la exclusión de los argentinos’ ”, afirmó.
Durante su intervención al comienzo de la sesión donde la Cámara de Diputados debate el proyecto de Presupuesto 2021, la diputada Fernanda Vallejos resaltó que es una “enorme reparación” la reducción a la mitad del peso de los intereses de la deuda, que pasan de representar el 3,4% del PBI de 2019 al 1,5% del PBI de 2021.
Agregó que la contracara de ese recorte es la duplicación de la inversión pública, que pasa de representar el 1,1% del PBI de 2019 al 2,2% del PBI en 2021. A su vez, aumentan los gastos para Innovación y Desarrollo (de 0,2% a 0,5%), para Educación y Conectividad (de 1,1% a 1,3%) e incrementa también para Salud pública (de 0,3% a 0,5%).
Aquí las principales definiciones de la diputada durante su discurso:
Ayer se cumplió precisamente un año, de una elección que no sólo marcó un cambio de gobierno, sino fundamentalmente un cambio profundo, donde el pueblo eligió retomar un sendero de desarrollo nacional, retomar un proyecto de país que había quedado inconcluso en diciembre de 2015, y abandonar -espero que para siempre- el camino del neoliberalismo, del ajuste, del endeudamiento, de la fuga.
Los argentinos y las argentinas elegimos construir un destino diferente, un país con lugar para todos y para todas. Este es, a pesar del dramático escenario que la pandemia ha marcado para el conjunto de los países del mundo, un presupuesto expansivo. Le diría que es la antítesis de los presupuestos de aquellos 4 años. En esos años, la regla era el ajuste permanente y la excepción al ajuste era el descomunal incremento de la partida destinada a pagar intereses de la deuda.
Un verdadero gasto ocioso por una deuda que no implicó un centavo de inversión para mejorarle la vida a nuestro pueblo o para mejorar la competitividad sistémica de nuestra economía, expandir nuestras exportaciones, generar la capacidad de repago de la deuda insostenible que se estaba contrayendo. En el año 2019, los intereses de la deuda, se llevaron el 20% del total de los recursos presupuestarios. Cuando en 2015, ese concepto representaba menos del 8%.
Estamos dando vuelta esa página. Porque esa fue la decisión del pueblo argentino. Y estamos dando vuelta la página, porque sabemos que es posible construir un país diferente, con una arquitectura propia, hecha de industria, de trabajo, de salarios dignos, de soberanía, de independencia económica. Y sabemos que es posible, porque tenemos historia, y porque tenemos memoria. Porque ya lo hicimos antes.
Néstor Kirchner nos enseñó que “deben encararse los cambios con decisión y coraje, avanzando sin pausas, pero sin depositar la confianza en jugadas mágicas o salvadoras” y, por eso, este presupuesto presenta previsiones racionales y prudentes, también en lo que refiere a la inflación y el nivel del tipo de cambio. Porque tenemos la convicción de que no existen soluciones mágicas a los problemas estructurales de nuestro país. Entre ellos, el principal, a mi juicio, el de la restricción externa.
No creemos en las devaluaciones bruscas que algunos promueven, que son la verdadera madre de las hiperinflaciones en nuestro país, que son verdaderas depresoras de los ingresos y el consumo popular, que son verdaderas creadoras de pobreza. Creemos en el trabajo y en la gestión de todos los días, en la gestión no que administra sencillamente, sino en la que transforma. Porque, como herederos del ciclo político que Néstor inauguró y que Cristina Fernández de Kirchner profundizó, no estamos en la política para administrar la miseria, sino para transformar las adversidades en felicidad para nuestro pueblo.
Néstor Kichner nos enseñó que “no se puede recurrir al ajuste ni incrementar el endeudamiento. No se puede volver a pagar deuda a costa del hambre y la exclusión de los argentinos” y esta lección es central para entender este presupuesto. Porque después de un nuevo y brutal proceso de sobreendeudamiento externo, ya se comenzó a avanzar en su solución, a partir de la reestructuración con acreedores privados y aún nos queda un tramo por recorrer, porque también nos volvieron a meter por la ventana al FMI, sin pasar por este Congreso, como exige la manda constitucional.
Después de haber visto presupuestos atroces, donde los recursos que faltaban en las escuelas, en los hospitales, en nuestro sistema científico, se iban por la canaleta de los intereses … contar con un presupuesto 2021 que reduce a la mitad el peso de los intereses de la deuda, es una enorme reparación, que nos vuelve a colocar en el camino de poner a la Argentina de pie. Y, doblemente reparador porque justamente, la contracara de ese recorte, es la duplicación de la inversión pública. Y la inversión pública, como también Néstor Kirchner nos enseñó, es un potente dinamizador de la demanda, que tracciona el crecimiento de la economía.
Conducir una política económica que coloque al pueblo en el centro de sus realizaciones, exige una enorme dosis de coraje. Néstor Kirchner nos enseñó muchas cosas. Ayer lo recordamos, hoy lo seguimos recordando. Pero yo quiero que, con este presupuesto que hoy vamos a aprobar, así como en cada una de nuestras acciones, no sólo lo recordemos sino, sobre todo, que lo honremos. Diciéndole nunca más al ajuste, nunca más al endeudamiento y trabajando todos los días por más y mejor trabajo, por más y mejores salarios, por una distribución más justa del ingreso y la riqueza. Ojalá estemos a la altura de su legado, de su legado de coraje transformador y de amor hacia nuestro pueblo.