Por Gastón Fiorda
La agenda legislativa para el 2020 tiene al oficialismo atajando urgencias y promoviendo un temario social para los primeros meses del año.
En tal sentido, el Frente de todos, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, apunta a sancionar algunos proyectos de ley que tienen como sello de origen el propio Ejecutivo Nacional.
Desde ese punto de partida, se propusieron debatir la nueva fórmula de actualización de haberes jubilatorios; para ello será necesario la búsqueda de consensos con otras fuerzas políticas y la conformación de un consejo de expertos que termine por proponer una reforma que logre mayorías dentro del Congreso y, principalmente, en la calle, entre los propios jubilados.
Seguramente la iniciativa de los haberes jubilatorios se debata junto con el sistema previsional de privilegio. El oficialismo pretende así discutir una reforma integral que se mezcle con algunas cuestiones de fondo como la de modificar el actual régimen del poder judicial. De no conseguirlo, al menos se inmiscuye en el debate.
Otro de los temas que ocupará buena parte de la agenda legislativa en los primeros meses del año será la necesidad de establecer el carácter parlamentario del Consejo Económico Social, una instancia que busca consolidar el Gobierno Nacional para establecer acuerdos y permitir el diálogo entre los empresarios y los representantes de los trabajadores.
Pero, sin dudas, el gran debate que tendrá el Congreso en el 2020 será con el ingreso formal del proyecto sobre el aborto. El propio ministro de salud de la Nación, Ginés González García reconoció que trabajan en la redacción de la normativa, pero que recién presentarán la iniciativa cuando lo decida el presidente Alberto Fernández.
Ahora bien, más allá del punteo de proyectos que se debatirán este año, la obligación de los legisladores será terminar con la virtual parálisis del Congreso que en el 2019 sesionó menos que en los últimos diez periodos legislativos. La realidad obliga otra dinámica de trabajo.